La experiencia del usuario debería ser uno de los objetivos principales en nuestras estrategias empresariales pues se concentra en la satisfacción de nuestro cliente o público meta, lo cual se traduce en lealtad por parte de nuestros clientes.
Este concepto se expande a todas las áreas de la empresa que tienen contacto con el cliente y una de ellas es el diseño de nuestros canales e interfaces digitales que ofrecemos al público.
Una interfaz y una estructura interactiva que mezcla diseño y experiencia pueden incrementar y optimizar las funciones de sus canales digitales sustancialmente.
El diseño UI/UX no se limita únicamente a la creación y diseño de un sitio web o contenido gráfico de un canal sino a la investigación previa, pruebas de campo y conceptualización para lograr el objetivo.
Pero ¿qué es diseño UX y diseño UI?
El diseño de interfaces (UI) y la Experiencia de Usuario (UX) aunque tienen focos y significados distintos, su relación es cercana pues uno complementa al otro para llegar al mismo punto.
El diseño de interfaces se enfoca en el artefacto, es decir en los elementos dentro de la pantalla y su distribución. Acá la mezcla de colores, sonidos, imágenes y movimientos son elementales, para que el usuario navegue de una forma amigable y encuentre con facilidad lo que busca.
El diseño de experiencia es lo que vive el usuario antes, durante y después de utilizar este artefacto formado por elementos, es lo que genera que El diseño de la experiencia debe guiar lo que será utilizado en el interfaz.
Un diseño atractivo y contenido relevante, producto de ambos esquemas de diseño pueden hacer que la plataforma, sitio web o aplicación tenga mejores impresiones. Esto añade satisfacción a la hora de navegar lo cual hará que el usuario quiera regresar o recomendarla entre su círculo social.
Si logramos un equilibrio entre el engagement en nuestros canales digitales aprovechando el diseño UI/UX, vamos a incrementar la satisfacción de nuestros usuarios a nivel digital y esto podrá recompensar nuestros esfuerzos con una mejor percepción de nuestra marca, una mayor fidelidad hacia nuestros productos o servicios y por supuesto, un incremento en nuestras ventas.